jueves, 8 de enero de 2009

Columna de Antonino Pío

Es el sucesor de Adriano (138-161 d.C.) y el arquetipo del “Buen Soberano”.Pretende mantener el equilibrio sin emplear para ello un autocracia desmesurada. La columna se construye en honor a los príncipes en mitad del Campo De Marte ( cerca de la piña de leña sobre la que se incineró su cadáver).Mide 14,75 m. Bloque monolítico ( a diferencia de la Trajana) de granito rojo sin relieves de imágenes. Había tablas de imágenes en tres de los cuatro lados de la base de la columna ( en el otro había una inscripción). Esta base es la que se ha conservado hasta la actualidad (Vaticano). El tema, contenido, de la decoración grafica fue la escena de la apoteosis de Antonio Pío de su esposa Faustina, la cual murió 20 años antes que él, y también una procesión honorífica de la caballería y los pretorianos (decursio).Marco Aurelio la levantó en honor a su padre adoptivo.Los relieves ponen de manifiesto la flexibilidad estilística del arte romano, que se justifica en este caso por la claridad deseosa de instruir a los que observan. La apoteosis sigue la línea del Relieve Histórico Romano. La vivacidad de las águilas, portadoras de una bola que hace referencia al poder y de una serpiente que alude ala idea de eternidad, simboliza la ascensión hacia los dioses del cónyuge imperial ya que se levanta del Campo de Marte, que es donde se incineraban las almas. Antonio y Faustina están sobre la personificación alegórica de Eón, lo que simboliza que serán inmortales. Eón está en el medio y en la parte inferior tenemos a la diosa Roma ( en la parte derecha), la cual porta un casco que simbolizaría el poder de esta ciudad, y, por su puesto, en su escudo está la loba amamantando a los dos niños, símbolo del origen de Roma. En la parte izquierda, en cambio lo que tenemos es la personificación del Campo de Marte o incluso del propio Augusto, que podría ser una alusión, aunque muy sutil, a la continuidad entre el primer emperador y Antonio, en lo que atañe a la cuestión de “labor de imperio”. Se eligió para la columna un estilo clasicista porque comunica mucho más al ser más simple y evidentemente, porque ese estilo, como los personajes escenificados, tiene un carácter inmortal. En la procesión andan alrededor de una hoguera como muestra de aprecio a los que son divinizados, pero, debemos prestar atención a que el artista renuncia a lo clásico de la unidad de tiempo y composición puesto que los caballeros y pretorianos reaparecen tres veces alrededor de la hoguera. No era realista pero ganaba en el plano narrativo. Probablemente la procesión fuese obra de otro artista. El relieve con la apoteosis aparece marcado por el clasicismo Antonio, más bien académico y no carente de dureza, como se ve en las dos figuras de Eón y del Campo Marzio: es el lenguaje característico de la alegoría, repleto de los lugares comunes de la propaganda oficial del imperio bajo ropaje helenizante. Por el contrario, las dos decursiones, expresión de rituales y de hábitos narrativos romanos presentan un estilo totalmente diferente, a base de pequeñas figuras toscas, casi de bajorrelieve, apoyadas en trocitos de suelo a diverso nivel: es el lenguaje del hecho de las res gestae, con sus bien conocidas convenciones, con consonancias estilísticas en los pequeños frisos con escenas de triunfo de los arcos triufales.

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